Cuenta una leyenda que hay una carrera llamada Ciencias Políticas, en la que un futuro politólogo toma como materias: Filosofía, Historia Contemporánea, Estructura Económica, Derecho, ÉTICA, Derecho Constitucional, Psicología, Sociología, entre muchas otras. Y así como un futuro médico estudia medicina, un futuro politólogo debería estudiar Ciencias Políticas, ¿qué no?
Y es que, al parecer, estudiar esta carrera ya no es tan obligatorio para dedicarse a la política. Más bien, últimamente lo que vale para obtener un puesto gubernamental, es caerle bien a la gente, ser popular entre los que ven futbol en la tele los domingos y haber hecho algo medianamente destacado en otros países… o en el espectáculo.
Por mencionar algunos casos, me viene a la mente la gran corredora Ana Gabriela Guevara a quien aún recuerdo cuando lloré al verla ganar la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y luego volví a llorar cuando en vivo y a todo color la vi correr en el Estadio Olímpico Universitario de la Ciudad de México.
Era todo un ícono en el deporte mexicano, a pesar de que todos sabemos el escaso o nulo apoyo que se les da a los atletas para que se preparen y tengan un digno papel dentro de competencias internacionales. Creo que por eso era todavía más admirada y aclamada por su desempeño como deportista.
En aquellos años, a nadie le importaba que sus estudios llegaran hasta la secundaria pero cuando le dio un giro a su vida y decidió dedicarse a la política, a más de uno nos dio comezón y un poco de taquicardia… desde diputada, senadora y hasta directora de la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), muchos nos hemos preguntado: ¿Cómo es esto posible? ¿Ha tomado si quiera algún tipo de cursillo o capacitación para ocupar semejantes puestos?
Lo dudo y lo que es peor, su desempeño en estos puestos no ha sido el más exitoso. Hay irregularidades por varios millones de pesos y vamos a suponer que no es su culpa, pero sí lo ha sido el no tener idea de cómo resolver esos “detallitos”, claro, ¿por qué habría de saberlo? ¿Qué sabe de economía o administración financiera? No son solo matemáticas…
QUE SERGIO BAILE
Otro caso similar es el de Sergio Mayer, quien al parecer tiene una licenciatura en Administración de Empresas. Es un magnífico empresario, de eso no hay duda; hizo con “Sólo para Mujeres” un fenómeno nunca antes visto en México. Es “chambeador”, de eso tampoco hay duda, pero… aquí entre nos… ¿comisionado de Cultura y Cinematografía de la Cámara de Diputados? ¿Es en serio? Y para rematar, inmediatamente que le fue asignado ese puesto, el muy coquetón declaró: “No necesitas ser intelectual para trabajar en la Comisión de Cultura”… me volvió a dar taquicardia y un leve tic en el ojo.
QUE CUAU ANOTE
Y qué tal Cuauhtémoc Blanco, el flamante presidente municipal de Cuernavaca, Morelos, quien le gana a Ana Gabriela Guevara, pues además de que tiene un mejor puesto, tiene secundaria trunca.
Mi querido lector, no quiero que pienses que soy “excluyente” como ahora se utiliza el término, pero sí quiero reflexionar en lo que estamos haciéndole al país.
No tiene nada de malo no haber terminado estudios, si tu profesión de futbolista te permite ganar bien y esas capacidades las explotas a tu favor. ¡Qué maravilloso es ganar un montón de dinero por la disciplina y capacidades, a pesar de que no hubo oportunidad de continuar estudiando! A veces, SOLO A VECES, el estudio no es un determinante para saber quién eres profesionalmente. PERO sí es determinante y totalmente necesario tener estudios suficientes para tener los puestos que estas personas tienen o tuvieron –solo por mencionar algunos, porque la lista podría ser interminable (¡te acuerdas de Jorge Kawaghi o Carmen Salinas?)-.
POLITÓLOGOS… HAGAN POLÍTICA
Son funcionarios, gente que NECESITA estar empapado de ética, historia contemporánea, economía, derecho, en fin. Si ya no quieren ser corredores, futbolistas, boxeadores o strippers, está bien, muy bien, pero antes de pretender ser alguien en la política –o en cualquier profesión que lo amerite- necesitan estudiar, leer, capacitarse, PREPARARSE y merecer esos puestos, no solamente porque fueron buenos en su área, sino porque el país lo exige.
¿Acaso alguna vez has ido al médico que en realidad estudió contabilidad? ¿Has pedido a un arquitecto que te arregle tu contabilidad? Parece que ya estamos acostumbrados a los políticos que no saben de política… Así que zapatero a tus zapatos.
Esta noticia fue modificada el 9 marzo, 2020 5:10 pm