La “Chamana” mexicana porque “así se le dio su regalada gana”, quien se adueñó de “La llorona” y “Macorina” con una voz y una forma tan intensa y particular de interpretar las canciones que le dio fama internacional, la activista Chavela Vargas cumpliría este miércoles 100 años de edad.
Isabel Vargas Lizano, conocida artísticamente como Chavela Vargas, quien desde su juventud hizo suya la música ranchera a pesar de que en su época se consideraba «un género musical los varones», nació en San Joaquín de Flores, Costa Rica, el 17 de abril de 1919.
Sus padres, Francisco Vargas y Herminia Lizano la bautizaron en la Parroquia de Guadalupe el 15 de julio de 1919 con el nombre María Isabel Anita Carmen de Jesús Vargas Lizano, una niña que sufrió abandono tras el divorcio de sus padres, que no sentía encajar en ningún lado y se sentía atada a formalidades e imposiciones sociales que no compartía.
Por ello decidió emigrar a México, país del que obtuvo la nacionalidad y donde residió más de siete décadas. A su llegada a no conocía a nadie, vivió en un cuarto de azotea, fue criada y vendedora de ropa.
Fue gracias a su apoyo que Chavela comenzó a ser escuchada y a los 41 años empezó a cantar profesionalmente hasta grabar 40 discos sola o en colaboración con otros cantantes, a presentarse en sitios como el Palacio de Bellas Artes, el Olimpia de París y el Carnegie Hall, así como a participar en varias películas.
En su discografía destacan “El corrido hablado”, “Piensa en mí’, “Sentimiento de México” volúmenes 1 y 2, “De México y del mundo”, “Le canta a México”, “Volver, volver”, “Para perder la cabeza”, “Las 15 grandes de Chavela Vargas”, “La dama del poncho rojo”, “Somos”, “En Carnegie Hall”, “¡Por mi culpa!” y “Luna grande”.
Mediante sus canciones o con actuaciones personales participó en varias películas, como en “Frida” de Julie Taymor, con temas clásicos como “La Llorona” y “Paloma negra”, al igual que en “Babel”, del director Alejandro González Iñárritu, en la que interpretó ‘Tú me acostumbraste’, un bolero de Frank Domínguez.
El director español, Pedro Almodóvar, amigo íntimo de la cantante fue uno de sus primeros impulsores en el Séptimo Arte e incluso contribuyó a su arraigo popular en España con películas como “La flor de mis secretos”.
Desafiante, radical, abiertamente lesbiana, vestida con pantalones y pistola al cinto en una época que la mujer y el hombre tenían roles asignados que era impensable traspasar, siempre con su cigarro en la mano y una botella de tequila en la otra que derivó en un alcoholismo que la alejó de los escenarios una docena de años, pero “salí de los infiernos y lo hice cantando”, comentaría después
En los años 90 del siglo XX volvió a los escenarios, despojó la fiesta de su canto y se centró en la desolación, el dolor, la rabia que dejó sentir en casi mil conciertos.
Por su 90 aniversario, el Gobierno de la Ciudad de México le rindió un homenaje en 2009 nombrándola “Ciudadana distinguida”, durante un acto en el que estuvo acompañada de personalidades de los ámbitos cultural, artístico y periodístico como Eugenia León, Carlos Monsiváis, Carmen Aristegui, Joaquín Sabina y Pedro Almodóvar, entre otros.
Un año después presentó el disco “Por mi culpa”, en el que se incluyen duetos con Eugenia León, Lila Downs, La Negra Chagra, Mario Ávila y nuevamente Sabina, quien la consideró su musa y le dedicó el tema “Por el boulevard de los sueños rotos”.
Recibió, además, reconocimientos el Grammy Latino, en 2007; el Premio Latino de Honor y la Medalla de Oro en la Universidad Complutense de Madrid. También fue nombrada Huésped de Honor de Buenos Aires, Argentina.
Dieron su nombre a una calle de Burgos, España, nación que le dio el título de “mujer excelentísima”, además de la Gran Cruz de Isabel La Católica, en el año 2000.
En 2009 presenta el libro “Mis verdades”, que escrito en coautoría con María Cortina como una entrevista en la que narra a detalle, mucho detalle, toda su vida como su relación amorosa con la pintora Frida Kahlo.
La llamada ‘Chamana’ vio cristalizado uno de sus grandes sueños, al pisar el escenario del Palacio de Bellas Artes, el 15 de abril de 2012, donde poesía, canto, música y charla convirtieron en toda una tertulia el concierto “Luna grande, homenaje de Chavela Vargas a Federico García Lorca”.
En julio de ese año presentó en Madrid, España, el álbum “La Luna grande”, pero el viaje fue muy pesado y después de un recital en la Residencia de Estudiantes, fue hospitalizada por una taquicardia y una intensa fatiga.
Solo dos días después de su regreso a México, el 29 de julio, fue internada en un hospital de la ciudad de Cuernavaca, en Morelos, a causa de una insuficiencia cardiaca y una falla renal crónica.
El domingo 5 de agosto de 2012 murió a consecuencia de una falla orgánica múltiple, derivado de problemas respiratorios; fue llorada entonces y sigue siendo llorada por millones de personas, quienes han convertido a esta costarricense convertida en mexicana como una ciudadana del mundo.
Esta noticia fue modificada el 17 abril, 2019 6:22 pm