Mujer: Vida y Estilo

Elvia Carrillo: ‘La monja roja del Mayab’, su lucha por el voto femenino

La historia de la política en México no se podría entender sin la figura de Elvia Carrillo Puerto. Esta líder social y feminista fue una de las primeras mujeres mexicanas electas diputadas, junto con Beatriz Peniche Barrera y Raquel Dzib Cicero, todas postuladas por el Partido Socialista del Sureste, que fundaron durante la segunda década del siglo veinte.

Duró apenas dos años en su escaño, al que renunció tras serias amenazas de muerte, tras el asesinato de su hermano, Felipe Carrillo Puerto, cuando era gobernador. Sin embargo, continuó su lucha por el derecho de las mujeres a votar a escala federal hasta que materializó en 1953, bajo el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines. En su honor, el Senado de la República entrega año con año la Medalla Elvia Carrillo Puerto a mujeres destacadas.

La fascinante historia de Elvia Carrillo Puerto

Elvia Carrillo Puerto fue una líder feminista en toda la extensión de la palabra. Su lucha y su activismo social le valieron el mote de ‘La monja roja del Mayab’, ya que consagró su vida a lograr el sufragio femenino, la emancipación de la mujer y sus derechos en México. Destacó, por encima de sus cualidades como maestra y poeta, por su discurso en favor del control de la natalidad, la libertad sexual, el divorcio y contra lo que consideraba la opresión religiosa de la época.

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Desde muy joven Elvia Carrillo Puerto anheló ser independiente, ilustrarse y llevar una vida distinta de la de las mujeres de la época, y lo consiguió porque fue pionera en casi todo y hasta considerada la chispa de la revolución posterior.

Nació en Motul, Yucatán, el 6 de diciembre de 1878. En una familia numerosa Elvia siempre estuvo muy cerca de su hermano Felipe mientras él vivió, aunque destacó por sí misma en la lucha social. Felipe sintió como propios los problemas de los indígenas y se metió en política, llegando a gobernador de su estado y realizando una vasta obra en poco tiempo.

Elvia Carrillo Puerto: Una chispa de la Revolución Mexicana; dedicó su vida a conseguir que las mujeres participaran, activamente, en la vida política del país.

Despertó su conciencia a los 6 años

Apenas con 6 años, cuando comenzaba a ir al colegio con sus hermanos, y al que iban también los hijos de los obreros del lugar que hablaban hablan la lengua maya entre sí, Elvia se percató de la desigualdad entre las clases sociales, lo que sin duda despertó su conciencia crítica.

Elvia Carrillo Puerto fue alumna de la poetisa Rita Cetina Gutiérrez, que había fundado la primera escuela secundaria para mujeres del estado de Yucatán y, posteriormente, la primera organización feminista: la Siempreviva. En ella aprendió nociones de igualdad de género y gracias a su influencia estudió textos escritos por grandes teóricas de los derechos de la mujer como Mary Wollstonecraft, Flora Tristán y Victoria Woodhull.

Desde niña Elvia destacó por su inteligencia, su astucia y también su singular belleza. Siempre sensible ante las problemáticas sociales, se fue convirtiendo en revolucionaria por convencimiento a pesar de pertenecer a una familia de las consideradas pudientes en aquella época.

Un sacerdote anarquista español llamado Serafín García también ejerció una influencia importante, tanto en ella como en su hermano Felipe, a través de la lectura y la conversación, al advertir en ellos inteligencia y sensibilidad para defender a los desprotegidos. Tal era el bagaje cultural de Elvia Carrillo Puerto que en la adolescencia, en lugar de conversaciones con los compañeros de su edad, prefería los libros y la música.

Se casó a los 13 años

Tan adelantada fue Elvia Carrillo a su tiempo que vio el matrimonio como una salida, una vía hacia su independencia y se casó con un maestro de su Motul natal a los 13 años de edad. Tuvo un hijo, pero enviudó diez años después.

Solo gracias a la mediación de su antigua maestra de escuela la aún demasiado joven Elvia para enfrentarse a un mundo machista consiguió el permiso para impartir clases de mecanografía, trabajo con el que logró, además de la remuneración económica, cierta sensación de independencia también desconocida para la mayoría de mujeres hasta entonces.

Su hermano Felipe Carrillo Puerto siguió influyendo en ella al conseguirle una traducción en maya de la Constitución mexicana de 1857 que Elvia se encargó de leer a sus alumnas para que fueran adquiriendo conciencia de sus derechos.

Su colaboración a partir de ahí fue estrecha, ya que en 1907 Felipe empieza a publicar el periódico ‘El heraldo de Motul’ y ella le ayuda en la redacción y corrección de artículos.

Alma Reed con Elvia Carrillo Puerto, hermana del gobernador, y Raquel Dzib Cicero, de la Liga Feminista del Sureste.

Convoca Elvia a la rebelión de Valladolid

En 1910, con solo 29 años, Elvia Carrillo Puerto participa en la llamada rebelión de Valladolid originada por el Plan de Dzelkoop, que llamó al pueblo yucateco a levantarse en armas contra la tiranía de Olegario Molina y el gobernador de Yucatán, Enrique Muñoz Arístegui. Aquel movimiento fue bautizado después como “la primera chispa de la Revolución Mexicana”.

A mediados de 1912 Elvia Carrillo organiza la primera Liga Feminista Campesina en la que se discute la propiedad de la tierra, se plantea que las jornadas de trabajo deben ser de 8 horas, que hay que liberar a los indígenas de trabajos esclavos, educar a las mujeres para tener los hijos que decidan… La joven activista también propone en ese foro crear escuelas rurales en todo el territorio de esa entidad federativa.

Durante el gobierno del general Salvador Alvarado en Yucatán, de 1915 a 1918, siguió organizando grupos feministas y participó activamente en la organización y fundación del Partido Socialista Obrero de Yucatán, que más tarde sería el Partido Socialista del Sureste.

En 1918 se celebra en Motul el Primer Congreso Obrero de Yucatán organizado por el Partido Socialista del Sureste, en el que Elvia Carrillo Puerto incorporó el punto de “Aceptación de la mujer obrera en las Ligas de Resistencia”. Este fue el leit motiv de su vida, luchar por la liberación de la mujer a través de su actividad social y política en las 51 Ligas de Resistencia que logró organizar.

Su hermano, el gobernador mártir de Yucatán, Felipe Carrillo Puerto.

Es amenazada de muerte por sus adversarios

Como uña y carne con su hermano Felipe, lo apoyó en el puesto de gobernador del estado de Yucatán en todas las tareas que hacían referencia a la mujer, la niñez, la familia y la educación. Tras el asesinato de su hermano por los militares, en enero de 1924, Elvia continuó siendo diputada durante un tiempo, hasta que las amenazas de muerte de sus adversarios en Yucatán la hicieron dejar el cargo y marcharse a la Ciudad de México, en donde fue protegida por el presidente Álvaro Obregón, primero, y después por su sucesor, Plutarco Elías Calles, y donde continuó con su particular lucha en favor de las mujeres.

 

Prende la mecha en 1931: exige el sufragio femenino

Entre 1930 y 1934 se realizaron tres congresos de mujeres obreras y campesinas en la capital mexicana y ella fue la principal responsable de reunir a las delegadas. En el Congreso de 1931 es donde surge la idea de crear una organización exclusiva para exigir el sufragio femenino.

Ni siquiera durante la presidencia en México del general Lázaro Cárdenas Del Río (1934-1940), caracterizada por avances políticos y sociales importantes, los esfuerzos de Elvia Carrillo Puerto por lograr el sufragio para las mujeres se vieron recompensados y redujo su activismo social a partir de ese momento.

Sin embargo, en 1947, ya bajo la presidencia de Miguel Alemán Valdés, se dio un paso adelante y se aprobó el derecho de voto de la mujer en las elecciones municipales en México.

Años más tarde, en 1952, la Cámara de Diputados reconoció a Elvia Carrillo Puerto como Veterana de la Revolución Mexicana y le concedió la Medalla de Honor al Mérito Revolucionario.

 

Ve coronada su lucha por el voto femenino

Elvia Carrillo Puerto recuperó su lucha y, finalmente, se vio recompensada durante mandato presidencial de Adolfo Ruiz Cortines, cuando en 1953 fue modificado el artículo 34 de la Constitución para otorgar la igualdad de derechos políticos a las mujeres mexicanas, incluyéndose por tanto su derecho al sufragio.

Elvia Carrillo Puerto murió en la Ciudad de México el 15 de abril de 1968 con 89 años de edad y sus restos se encuentran en el cementerio general de Mérida.

Recordada por su lucha encendida en favor de los derechos de las mujeres, principalmente las indígenas, campesinas mayas y las obreras mexicanas, en octubre del 2013 la Cámara de senadores de México anunció la concesión de un reconocimiento a la memoria de Elvia Carrillo Puerto por su labor de “defensa, protección, ejercicio e investigación de los derechos humanos de las mujeres y de la igualdad de género en México”.

Fernando Álvarez

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