Sin embargo, en algunos estados como Hidalgo, Veracruz y Chihuahua, se ha observado una moderada disminución en los contagios en comparación con periodos anteriores.
El año pasado, 2024, cerró con un total de aproximadamente 125 mil casos confirmados de dengue a nivel nacional, lo que resultó en 478 muertes, por lo que se sigue considerando al dengue una enfermedad grave.
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En respuesta a este panorama, la Secretaría de Salud lanzó el pasado 21 de enero el Plan Nacional para el Control del Dengue y otras arbovirosis, una iniciativa destinada a frenar la propagación de esta enfermedad y otras como el Zika y el Chikungunya.
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El dengue es provocado por el virus DENV y se transmite principalmente a través de la picadura del mosquito Aedes aegypti. Los síntomas comunes incluyen fiebre alta, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, náuseas, vómitos, cansancio extremo, sarpullido y, en algunos casos, sangrados. En su forma más grave, el dengue puede causar complicaciones fatales si no se trata a tiempo.
El Plan Nacional busca reducir en un 50 por ciento la cantidad de casos de estas enfermedades transmitidas por mosquitos. Entre las acciones clave que se implementarán, se destaca la instalación de 220 mil ovitrampas en 30 estados y más de 700 localidades para monitorear la densidad de los mosquitos.
Además, se utilizarán larvicidas e insecticidas de acción prolongada, se realizarán nebulizaciones en áreas estratégicas y se liberarán mosquitos infectados con la bacteria Wolbachia, que disminuye la capacidad de transmisión del virus.
En paralelo, se prevé el desarrollo de una vacuna contra el dengue, una herramienta crucial para prevenir la expansión de la enfermedad en el futuro y en la cual ya las autoridades sanitarias mundiales están trabajando.