Desde que recuperó la Presidencia de la República en 2012 con Enrique Peña Nieto, la pérdida de votos para el PRI ha sido una constante, en medio de sus disputas internas y escándalos de corrupción.
En ese año, el tricolor obtuvo 16.3 millones de votos, pero en 2018 llegó sólo a 7.6 millones y en la elección del 2 de junio cayó hasta 5.7 millones, cifra que lo dejará como la quinta fuerza en el Congreso de la Unión, muy lejos de los tiempos en que fue el partido hegemónico.
De contar con 213 diputados hace 12 años, cuando aún fue la primera minoría en la cámara, ahora su representación se reduciría a 33 legisladores –el mismo número que conforma a la bancada del Partido del Trabajo en la actual legislatura–, y en ese contexto prepara su 24 Asamblea Nacional, donde intentará renovarse, como ocurrió en la 18 asamblea convocada después de la derrota de 2000, ante Vicente Fox.
Apenas cuatro días después de las elecciones presidenciales del 2 de junio, la dirigencia nacional del tricolor tomó la decisión de convocar a una nueva asamblea, donde se prevé –según el documento expedido el jueves pasado– modificar los estatutos.
En las bases se anticipa que la asamblea pueda discutir y acordar los asuntos que son de su competencia y que están previstos en el artículo 70 de sus estatutos, excepto la fracción III, que se refieren a la elección del presidente y la secretaria general del partido, lo que ha alentado las versiones de que el dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, busca relegirse.
En la 22 Asamblea Nacional de agosto de 2017, como gobernador de Campeche, Alito Moreno fue uno de los ejes para modificar los estatutos que permitieron al PRI postular, por primera vez, a un no militante como candidato presidencial.
Actualmente, controla no sólo el Comité Ejecutivo Nacional, sino también el Consejo Político Nacional y la Comisión Política Permanente, los 32 comités directivos estatales, los tres sectores y las organizaciones priístas.
La composición de la 24 asamblea dependerá de la elección que se organice en las entidades, de donde resultarán mil 15 delegados, pero al mismo tiempo participarán de forma directa la cúpula del partido, diputados locales y federales, senadores, los comités estatales y los sectores y organizaciones, pero no los ex presidentes nacionales.
Las asambleas municipales arrancan el próximo martes; las propuestas de reforma a los estatutos serán revisadas por la dirigencia y la asamblea nacional se realizará el domingo 7 de julio, en un lugar que se comunicará a los delegados dos días antes.
Ayer, Moreno Cárdenas se reunió con los senadores y diputados electos en la sede nacional del tricolor, donde abordó las críticas y advirtió que el PRI no está “en un concurso de complacencias musicales, en el que ‘a mí no me gusta que esté Alito’ (en la dirigencia). No, esto es un partido político y aquí tenemos que tomar decisiones políticas que van a tener trascendencia”.
Además, puntualizó que si se tiene que reformar a fondo al PRI, con nuevas propuestas y nueva imagen, lo vamos a hacer.
Con los integrantes de la próxima legislatura –de la que él también formará parte como senador, al igual que la secretaria general, Carolina Viggiano–, Alito Moreno analizó el panorama actual del país para trazar la ruta que tomarán las bancadas del PRI en el Congreso a partir de septiembre.
El dirigente priísta afirmó que “llegó el tiempo de impulsar la modernización y el cambio más profundo del PRI, pero hay que hacerlo con los que estamos aquí. Pidió a los legisladores defender la fortaleza del Poder Judicial y advirtió que las mayorías calificadas son peligrosísimas cuando hay un régimen autoritario.
Rumbo al final del periodo de Alejandro Moreno Cárdenas como dirigente nacional del PRI, la ex presidenta de este instituto político Dulce María Sauri visualizó que la intención de Moreno es relegirse, pese a los resultados que obtuvo el tricolor en las pasadas elecciones que perfilan a dejarlo con la menor representación en el Congreso de la Unión que haya tenido nunca.
Con buscar directamente la relección ya me parece que, si hay muchos clavos que se le han puesto al ataúd del PRI, ésta sería la estaca definitivamente, subrayó la yucateca, quien advirtió que hoy se consumó la irrelevancia del PRI.
La dirigencia priísta convocó a su Consejo Político para reunirse ayer por la tarde y votar un proyecto con el que se faculta al campechano para emitir, sin restricción de fecha o de temas, la convocatoria para la próxima Asamblea Nacional Ordinaria, máximo órgano del instituto y con capacidad legal para modificar sus estatutos.
En entrevista, Sauri señaló que algunos priístas ven que la intención de la convocatoria será modificar sus reglas internas y permitir la relección de su dirigencia, que actualmente está expresamente prohibida en su artículo 178.
El Consejo Político Nacional aprueba la celebración de la 24 Asamblea Nacional Ordinaria del PRI, integrándose conforme lo establecen los estatutos y la convocatoria para el efecto que se expida. Se autoriza al Comité Ejecutivo Nacional a expedir la convocatoria para los trabajos de organización, desarrollo, deliberación y elecciones de los delegados a la Asamblea Nacional Ordinaria, se apunta en los únicos resolutivos del documento votado ayer.
No obstante, en sus consideraciones deja entrever la posibilidad de modificar sus estatutos. Al indicar que el PRI enfrenta nuevos retos de cambio y transformación, se agrega que las voces, posturas y reclamos de la ciudadanía hacen impostergable discutir, analizar, acordar e incorporar en los documentos básicos del partido, mediante una asamblea nacional, con la participación plena, abierta y libre, a través de una reflexión profunda, el proyecto de nación que anhelamos.
En un análisis sobre los resultados obtenidos el 2 de junio por esta fuerza política, Sauri recalcó que en 2012, a pesar de ganar la Presidencia, se dejó de lado la indispensable renovación y transformación política del partido; quedó pendiente o bien se entendió como innecesaria.
Al no renovarse, el tricolor llegó a 2018 por primera ocasión con un candidato presidencial que no era militante, pero el verdadero inicio de esta cuesta empinada hacia abajo que el PRI ha recorrido se da en 2019, con la dirigencia encabezada por Moreno Cárdenas y con una visión no de enfrentar el futuro inmediato como una oposición que aspira a ser opción de gobierno, sino como un punto para acumular poder personal.
Explicó que cuando el PRI aún tenía 12 gubernaturas, y con la anuencia de esos mandatarios, se aprobó una concentración de poder en la figura del presidente del CEN.
También te puede interesar:
La noticia Ocaso del PRI; pérdida de votos una constante; Alito se aferra fue publicada originalmente en Turquesa News.