Niño de 14 años que sufría bullying se arrojó a las vías del tren frente a sus compañeros
Un niño de 14 años que sufría bullying se arrojó a las vías del tren Chertsey, Surrey, donde fue arrollado frente a sus compañeros de clases de un colegio católico de Inglaterra.
El pasado lunes los alumnos terminaron sus clases y salieron de la Escuela Salesiana ubicada en Guildford Road, Chertsey, Surrey, sin imaginar la tragedia que protagonizó Sam, que de acuerdo con algunos de sus compañeros, era solitario e intimidado por otros de sus compañeros
Al terminar las clases del 15 de julio, Sam salió con algunos amigos del colegio, descrito como «feliz y próspero» en su sitio web, y cuando el tren se acercaba a la estación entregó su mochila y celular a sus acompañantes para correr hacia las vías donde se acostó.
Docenas de alumnos de la secundaria católica presenciaron el momento en que Sam fue arrollado por la locomotora, ante la mirada de sus compañeros, el llanto de otros y gritos de desesperación que le pedían que se quitara del lugar.
Tras la tragedia, se llamó a la Policía de Transporte británica para que ayudaran a retirar el cuerpo del pequeño de 14 años que se suicidó frente a sus compañeros. También llegaron los paramédicos que confirmaron el deceso del adolescente.
«Los agentes fueron llamados a la estación de Chertsey a las 4 de la tarde de ayer (15 de julio) tras los informes de una víctima en las vías. Los paramédicos también asistieron pero, lamentablemente, un niño de 14 años fue declarado muerto en la escena. Su familia ha sido informada y está siendo apoyada por oficiales especialmente entrenados», explicó la dependencia en un comunicado.
Muy cerca de la estación fue encontrada una nota que los oficiales calificaron como un recado de despedida.
El silencio se apoderó de la comunidad que quedó atónita ante la conducta del niño. Algunos permanecieron en la zona con lágrimas en los ojos, otros más corrieron hacia la dulcería frente a la escuela para continuar con su relato y los más grandes ayudaron a contener a sus compañeros pequeños para mantenerlos a salvo entre el caos que se respiró.