Misión y propósito… ¿Eternos?
Ya estamos a pocos días que acabe 2019 y seguramente muchos de nuestros queridos lectores, ya cumplieron todos y cada uno de sus propósitos de este año… ¿cierto? ¿O acaso caímos en la cuenta por ahí de octubre que sería imposible perder esos 10 kilos de más, ser un empresario exitoso o no ir a ningún extraordinario este último semestre? ¿O embarazosamente somos la estadística tradicional mexicana que dejamos nuestros propósitos… pal’ año que entra?
En fin, no se preocupe demasiado… mejor ocúpese de que así sea, no solo por haberlo prometido en la cena de fin de año, sino por su bienestar y beneficio personal.
Pero, hablando de propósitos de fin de año – o inicio de año, como quiera verlo querido lector, tendremos que hablar de misión, más que propósito o mejor dicho, el propósito, el cual van de la mano.
Así como toda empresa tiene su Misión y su Propósito, cada individuo debe tener la propia pero no me refiero a los propósitos típicos de inicio de año en donde solemos prometer bajar de peso, dejar de fumar y hacer ejercicio. Me refiero a algo que va mucho más allá de esos “propósitos” que al paso de los meses se vuelven meros deseos incumplidos.
¿Cómo saber cuál es nuestra misión y propósito? Y aún mejor: ¿cuánto va a durar?
Pero como diría mi amigo Frankenstein: vámonos por partes.
PASO A PASO
¿Qué es Misión? y ¿qué es Propósito? Pues bien, le explico: el segundo es el por qué se hacen las cosas. Tenemos una razón especial para llevar a cabo tal o cual propósito, ¿Cuál es?
Por otro lado, para encontrar la Misión debemos preguntarnos: ¿Qué cosa hacemos para cumplir esos propósitos? Es decir, los medios, las acciones, las decisiones que tomamos y la forma en cómo las llevamos a cabo para llegar a ellos.
Una vez planteadas y perfectamente establecidos nuestros propósitos y misiones, nuestro compromiso es hacerlos “eternos”, es decir, lograr trascender y no solamente planear propósitos banales o triviales, sino propósitos y misiones que lleguen a influir no solamente en nosotros mismos, sino en la gente que nos rodea, o mejor aún, que lleguen a alcanzar a gente que ni siquiera conocemos.
Pues bien, para hacerlos eternos, debemos pensar en si son viables, realistas y lo más importante, que sean capaces de ser duplicados a nuestras generaciones venideras.
LAS COSAS EN CLARO
Pongamos un ejemplo para que quede más claro: el fundador de Wal Mart, un señor de nombre Sam Walton, tenía muy claro su Propósito: servir y atender al cliente era su mayor prioridad.
Su Misión, por otro lado, era hacer estrategias para que desde el director hasta el cajero de cada tienda estuvieran listos a hacer lo mismo. Esto llevó a Wal Mart a tener una gran ventaja sobre sus competidores, ¿por qué? Porque hacían la diferencia.
A diferencia del señor Walton, muchas personas que nunca tienen un propósito en la vida, simplemente viven el día a día, sin tener la consciencia de que estamos aquí a diferencia de cualquier otro ser vivo con una consciencia… a veces dormida y que jamás despierta. Esas personas viven con sueños medio realizados a corto plazo, en la mediocridad de la rutina y por supuesto, si no tienen propósitos, obviamente no tienen una misión y de esta manera solamente están tomando malas decisiones sobre sus vidas.
Estamos acostumbrados a que los propósitos los hagamos exclusivamente para beneficio nuestro, sin pensar en que los verdaderos propósitos, esos que valen la pena, son los que trascienden fuera de nosotros, de nuestro núcleo familiar o social, esos, en los que solo las grandes mentes planean y planifican. ¿Qué nos hace diferente a ellos?
El gran secreto de trascender no se trata de pensar en hacer dinero o tener solo y exclusivamente abundancia material; se trata de darle valor a la vida y no necesariamente a la nuestra, sino a la de los demás y así, por añadidura, le daremos mucho más valor a la nuestra y a la de las generaciones que vengan detrás de nosotros.
Y ahora aquí entre nos ¿estás listo para trascender y para hacer propósitos realmente importantes?
¿Qué es el Propósito?
Es el por qué se hacen las cosas. Tenemos una razón especial para llevar a cabo tal o cual propósito, ¿Cuál es?
¿Qué es la Misión?
Son los medios, las acciones, las decisiones que tomamos y la forma en cómo las llevamos a cabo para llegar a ellos. Es decir, ¿qué cosa hacemos para cumplir esos propósitos?