Es de madrugada y no has dormido. Aunque estás cansado consultas tus redes sociales o ves tu serie favorita en tu tableta o por televisión. Sin que te percates, la luz de tus pantallas afecta la calidad y cantidad de tu sueño.
No es un mito ni una exageración. La luz que emiten los smartphones o tablets altera los ritmos circadianos y acentúa la dificultad para conciliar el sueño por las noches, confirma el doctor Raúl Aguilar Roblero, del Instituto de Fisiología Celular de la UNAM.
“Los ritmos circadianos son aquellas variaciones en las funciones del cuerpo que se repiten cada 24 horas y que coinciden con los estados de sueño y vigilia; estos se asocian con los estímulos de luz”.
Se les llama circadianos porque nuestro reloj biológico en realidad funciona con una frecuencia cercana a un día. Estos ritmos se localizan en el núcleo supraquiasmático, una estructura cerebral que recibe información sobre la luz ambiental a través de los ojos, comenta el especialista. Cuando expones tu organismo a luz artificial de los smartphones se interrumpe el buen funcionamiento de estos ciclos.
El mal hábito de exponer tus ojos a la luz del celular antes de ir a la cama, altera la producción de melatonina, hormona que se produce solamente en la noche, cuando nos encontramos en total obscuridad.
“Es como si la luz de la pantalla de los dispositivos móviles le dijera al cerebro que no segregue melatonina. Al inhibirse se engaña al cerebro hiperexcitándolo, diciéndole: ‘aun no vayas a dormir, todavía puedes estar despierto’; es cuando la persona comienza vuelta tras vuelta en la cama sin poder dormir”.
“El tiempo, la distancia y la intensidad a la que se está expuesto también son factores importantes en la calidad y cantidad del sueño, ya que estos aparatos emiten alrededor de 100 lux y suelen usarse a una distancia de 35 a 40 cm; muy cerca de nuestros ojos”, alertó el académico.
En este sentido, Roblero Aguilar expresó que durante la noche es importante tener un uso racional de los dispositivos para evitar trastornos a la salud y al metabolismo como cansancio, somnolencia, irritabilidad, estrés, depresión, obesidad y cáncer.
Además sentirse cansado, irritable y somnoliento no es compatible con los horarios laborales y escolares que demandan despertar temprano y dormir tarde, concluyó el científico.
La falta de sueño eleva el consumo de calorías. Entre menos ingieras alimentos saludables, corres más riesgo de padecer obesidad. El organismo digiere la comida de modo diferente de acuerdo con el momento del día. En la noche, si te quedas despierto es más probable que consumas algún alimento, esto produce que se altere tu metabolismo.
Actualmente se sabe que el riesgo de padecer cáncer puede incrementarse si se alteran los ritmos circadianos y la persona duerme menos de ocho horas. Las personas que trabajan de noche o que revisan sus smarthphones, celular o su tableta demasiado tiempo en horarios nocturnos deben buscar medidas para minimizar el impacto a su salud.
El agotamiento ataca la capacidad de concentración y puedes volverte más olvidadizo, además, el sueño está implicado en el proceso de consolidación de la memoria. Además la fatiga por un descanso inadecuado altera las funciones mentales superiores como la capacidad de juicio, resolución de problemas y abstracción.
Con información de https://www.fundacionunam.org.mx/unam-al-dia/dispositivos-que-roban-el-sueno/
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