Los familiares creen que la pareja ha compartido el matrimonio más largo jamás registrado entre dos personas con síndrome de Down y los ha descrito como «modelo a seguir». «Son un ejemplo para todos los que quieren una buena relación. Eran un equipo, se cuidaban el uno al otro», contó la hermana mayor de Kris.

Paul y Kris se conocieron en la década de los 80, mientras asistían a un baile para personas con discapacidad. La atracción mutua fue instantánea. Fue Kris quien dio el paso y le pidió a Paul que se casara con ella en 1988. «Me hizo reír. Lo miré a los ojos y vi mi futuro, y ahí fue cuando se le pedí… Él dijo que sí», relato ella en declaraciones a The Washington Post.

Lamentablemente, se enfrentaron a varios obstáculos cuando intentaron casarse. Tuvieron que demostrar al estado que entendían todo perfectamente y que estaban de acuerdo en casarse. Esto incluyó tomar clases y realizar exámenes que midieron su comprensión del conocimiento, los sentimientos y las necesidades sexuales. Finalmente, en 1993, se les permitió contraer matrimonio.