El arribo masivo del sargazo viene más fuerte para este 2019 y algunos destinos turísticos de Quintana Roo ya resienten los primeros efectos en sus costas
Es un hecho. El cambio climático ya está aquí y un temible emisario lo anuncia desde hace tiempo, el sargazo y en este 2019 se adelantó, ya que los expertos preveían su arribo hasta el mes de marzo, pero días antes del inicio del tercer mes del año, hizo su aparición en las playas de la delegación de Puerto Aventuras, colindante con los municipios de Tulum y Solidaridad.
A finales de febrero pasado, inició lo inevitable, la llegada masiva de macroalga a las costas quintanarroenses, específicamente a la delegación de Puerto Aventuras; expertos en el tema e investigadores coinciden en que el volumen que se aprecia en las imágenes que hicieron llegar a la redacción de la Revista Radar Peninsular, así como las de vía satélite, es enorme y seguramente triplicará (a decir de los biólogos) la cantidad generada en 2018.
Quintana Roo prevé el arribo masivo de una marea de algas incontrolables, afectando al medio ambiente y al turismo, la principal fuente económica de la Riviera Maya, Cancún, Tulum, Puerto Morelos, Playa del Carmen, incluido al de por si castigado sur del estado: Mahahual.
La macroalga de color pardo o verde oscuro de gran tamaño, vive y se reproduce en suspensión en los mares del Atlántico sur, y se desplaza movida por las corrientes de los océanos. Tiene la facilidad de crecer muy rápido, duplicando su biomasa en menos de 20 días si las condiciones para su crecimiento son favorables, como sucede en este caso.
Proviene del Atlántico sureste, en específico, entre Brasil y África, de acuerdo con Alejandro Olivera, representante en México del Center for Biological Diversity. Las corrientes del océano han impulsado a esta gran masa de algas hasta nuestras costas.
Representante en México del Center for Biological Diversity
Según Alejandro Olivera, la principal razón apunta al aumento en la temperatura del agua de los océanos provocada por el cambio climático y excesivos niveles de nutrientes. Otro de los efectos del calentamiento global en los mares es el cambio en la dirección de las corrientes que ha provocado la llegada de las algas hasta las costas del Caribe desde el sur del Atlántico.
Por su parte, el diputado federal, Luis Alegre Salazar, presidente de la Comisión de Turismo del Congreso de la Unión, manifestó en entrevista que el problema del sargazo debe ser atendido a gran escala en alta mar, con el fin de reducir el volumen que llega a la costa, por lo que se requiere una solución industrial y no casera para combatirla.
Para eso, se pretende la participación decidida de países como Estados Unidos y Francia, además de México (la nación interesada), países que tienen la capacidad económica para buscar esa solución, manifestó Alegre Salazar.
El legislador, con base en la duplicidad del sargazo, mencionó que no se puede quedar con una solución casera, ya que hay que considerar que el volumen de esta alga se duplica cada 18 días.
Señaló que ese “primer frente en alta mar” permitiría minimizar el volumen que nos llega y en una segunda etapa se debe atender el problema en las aguas costeras, con embarcaciones sargaceras más pequeñas.
El tercer punto es qué hacer con lo que llegue a nuestras costas. Si hacemos un buen trabajo en los dos primeros frentes, estaríamos hablando de una contingencia a otro nivel, ya no tan impactante con nuestro sistema ecológico, como pastos marinos y arrecifes, con nuestro turismo y nuestra economía.
“De la importancia de hacer gestiones con legisladores estadounidenses, principalmente de Florida, para que se sumen a la atención de esta contingencia, ya que en su momento, tuvieron marea roja en Texas y Florida, pero esperaron un par de temporadas para atenderlo. Siento que el sargazo está en una situación parecida, no lo tienen en el radar, a diferencia de nosotros, que llevamos varias temporadas viendo ese tema”, añadió.
Recordó que en fecha reciente se tuvo una reunión en Puerto Morelos, impulsada por la presidenta municipal Laura Fernández Piña, en la que básicamente se presentaron soluciones que ya se están implementando con embarcaciones sargaceras que pueden ser útiles en aguas cercanas a las costas.
Alegre Salazar dijo que en 2018 el tema del sargazo fue uno de los que más preocupó a los países a donde llega el alga, por lo que en este año deben aprovechar lo que se aprendió para poder desarrollar esquemas funcionales que permitan mantener la industria turística y la ecología en buen estado.
“Se trata aún de un tema poco conocido, porque son más las cosas que se desconocen de la macroalga, más allá de que es un fenómeno que desde hace ya cuatro años, en 2015, ha aumentado de forma exponencial; el dato más reciente es que cada 18 días duplica su volumen en condiciones favorables”, abundó.
Refirió que las corrientes marítimas y de aire arrastraron la ova sobre las barreras; es decir, la solución del año pasado no funcionó; la recolección en el mar terminaba en tierra, pero al ser un alga marina, su descomposición debe hacerse en el océano.
Durante la administración del exgobernador Roberto Borge, de los 150 millones de pesos que serían utilizados para combatir el sargazo, no se sabe lo que se hicieron con casi 80 millones de pesos. Esta cantidad de dinero fue más del doble de los que recibió este año para combatir el problema, que fueron 62 millones de dólares.
En verano de 2015, sucedió una crisis debido a esta alga en las costas; sin embargo, del dinero destinado para el combate del sargazo solo se documentaron 70 millones 797 mil 926 pesos, es decir, 79 millones 202 mil 74 pesos de dinero proveniente del Gobierno Federal no aparecen declarados en ningún documento.
Llama la atención que, en ese mismo año, se destinó de una máquina que serviría para recolectar sargazo, con costo de seis millones de pesos, la cual no funcionó, ya que solamente servía para surcar aguas continentales.
También se realizó un estudio científico con un costo de hasta un millón de pesos, que analizaría la calidad del agua, del ecosistema marino y el manejo adecuado del alga, entre otras cosas.
Una vez que pasó la emergencia por el sargazo, la maquinaria terminó siendo entregada en comodato al municipio de Puerto Morelos, además que el estudio fue archivado. Asimismo, las embarcaciones por las que se pagaron 13 millones 638 mil 469 pesos, fueron arrumbadas.
El presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Roberto Cintrón Gómez, informó que “las imágenes generadas vía satélite muestran una cantidad mucho mayor de sargazo que la que se había previsto, en una primera valoración contabilizaban 170 mil toneladas, pero ahora estamos hablando de hasta 500 mil, que es una cantidad muy fuerte”, y que supondría el triple de lo augurado.
Del mismo modo, dijo que es momento de que México asuma el control de la situación, las cifras que se manejan de la “ola de sargazo” que viene de Brasil, aumentó considerablemente en las últimas semanas, y subrayó que ya se sabe qué lo está produciendo y tiene que ver con la situación en el río Amazonas en Brasil y los desechos en ese lugar.
“Hicimos un recorrido con las barcazas de cómo se ha ido recolectando el sargazo y tuvo muy buenos resultados”, explicó, pero agregó que “no hay compromisos de recursos, pero estamos conscientes de que es necesario dinero para atender esta situación”, apuntó.
El líder de los hoteleros convocó a una cumbre internacional urgente, la cual reunirá a las 19 naciones afectadas de la zona, a quienes, aseveró, necesitan ponerse a trabajar para hacerle frente a esta situación, ver la manera de revertirla e incluso buscar fondos internacionales; asimismo, puntualizó que la probable reunión podría ser albergada por Quintana Roo, quien mantiene la oferta de 200 habitaciones de un hotel de Palace Resorts de José Chapur Zahoul para recibirla.
Una vez que el sargazo llega a las costas y se comienza a almacenar en las playas, se produce la descomposición de la materia orgánica. Además del olor fétido, la putrefacción de las algas genera lixiviados, ácido sulfídrico y arsénico que puede contaminar los suelos y los ecosistemas.
Cuando las algas están en suspensión hacen que el agua esté turbia e impiden la fotosíntesis de otras especies de algas y pastos marinos. Acaba con el oxígeno en la región y hace que otras especies de algas y acuáticas también mueran.
“Podría ser tóxico para las personas. La putrefacción e hipersalinización que provocan estas algas en la costa pueden acabar en el manto freático y contaminar el agua dulce de los ríos subterráneos y los acuíferos. El suelo de Quintana Roo es bastante poroso. No es una solución removerlas solo de las playas”, explica Alejandro Olivera.
La retirada de estas algas de la playa también puede afectar a los ecosistemas si no se realizan los protocolos de limpieza con cuidado, como por ejemplo, dañando los nidos de las tortugas que están bajo la arena.