Declara OMS nueva emergencia internacional por viruela del mono

En 2022, la OMS había calificado la viruela del mono como una emergencia cuando un brote comenzó a expandirse globalmente, principalmente entre hombres que tienen sexo con hombres. En esa ocasión, el brote fue controlado en parte gracias a cambios en el comportamiento, prácticas sexuales seguras y la administración de vacunas en países afectados.

A pesar de estos esfuerzos, el mpox ha sido un problema endémico en algunas regiones de África durante décadas. El primer caso humano fue registrado en la República Democrática del Congo en 1970, y desde entonces, varios brotes han surgido.

El más reciente, el peor registrado hasta la fecha en el Congo, ha resultado en 27,000 casos y más de 1,100 muertes desde enero de 2023, con un impacto especialmente grave en niños. Los síntomas de la viruela del mono son similares a los de la gripe y pueden incluir lesiones llenas de pus, aunque en general la enfermedad suele ser leve. Sin embargo, puede ser fatal para ciertos grupos, incluidos niños, mujeres embarazadas y personas con sistemas inmunitarios comprometidos, como los que viven con VIH.

Actualmente, el Congo enfrenta dos cepas del virus: una forma endémica y una nueva variante que ha causado alarma internacional. Esta nueva cepa parece propagarse con mayor rapidez y es menos conocida, lo que ha generado preocupación.

La transmisión del virus ocurre principalmente a través del contacto sexual, pero también se ha detectado en contactos cercanos, como entre niños en campos de desplazados en algunas áreas del Congo. El virus ha comenzado a extenderse desde el este del Congo a países vecinos como Ruanda, Uganda, Burundi y Kenia.

El número de casos ha experimentado un aumento significativo. La semana pasada, el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de África (CDC) reportó que la viruela del mono ahora está presente en al menos 13 países africanos. En comparación con el mismo período del año pasado, los casos han aumentado un 160% y las muertes un 19%. Este aumento es en parte atribuido a una nueva forma de mpox detectada en una ciudad minera congoleña, que tiene una tasa de mortalidad de hasta el 10% y parece ser más contagiosa.

A diferencia de los brotes anteriores, que solían presentar lesiones principalmente en el pecho, las manos y los pies, la nueva variante muestra síntomas más sutiles y lesiones en los genitales, lo que dificulta la detección temprana y permite que las personas transmitan la enfermedad sin saber que están infectadas.

La OMS ha confirmado que esta nueva forma de viruela del mono se ha identificado en cuatro países del este de África: Burundi, Kenia, Ruanda y Uganda, todos vinculados a la epidemia en el Congo. Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS, ha expresado su preocupación por la posible expansión de la enfermedad dentro de África y más allá.

En Costa de Marfil y Sudáfrica, se han reportado brotes de una versión menos peligrosa del mpox que se dispersó globalmente en 2022. La declaración de emergencia de la OMS tiene como objetivo motivar a agencias donantes y países a tomar medidas más efectivas. Sin embargo, las respuestas anteriores han sido mixtas.

El doctor Jean Kaseya, director general de los CDC de África, ha subrayado que la declaración busca «movilizar nuestras instituciones, nuestra voluntad colectiva y nuestros recursos para actuar con rapidez y decisión». Kaseya ha hecho un llamado a la comunidad internacional para que apoye a África en la lucha contra la creciente crisis, que hasta ahora ha sido en gran medida ignorada.

Michael Marks, profesor de medicina en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres, enfatizó que “si una declaración de emergencia global es lo que se necesita para desbloquear recursos y estrategias efectivas, entonces está justificada”.