La Fiscalía General de Puebla confirmó que fueron los padres de la niña Neri, de apenas siete años de edad, quienes la asesinaron luego de haberla reportado como desaparecida en 2023 para tratar de confundir a las autoridades.
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El trágico desenlace en el caso de la niña Neri, cuyos restos fueron descubiertos en febrero de este año en una residencia de San Martín Texmelucan, sale a luz cinco meses después tras extensos estudios de campo y pruebas genñeticas.
Inicialmente reportada como desaparecida en noviembre de 2023 durante el desfile de las Catrinas, ahora se revela que fue presuntamente asesinada por sus propios padres, Yari y Ulises, quienes se encuentran bajo custodia como principales sospechosos.
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El drama comenzó cuando Yari solicitó ayuda desesperada en las redes sociales, afirmando que Neri había sido secuestrada durante el festival. Sin embargo, una investigación posterior reveló un ambiente desolador dentro del hogar familiar, donde otros tres menores vivían en condiciones de negligencia extrema: sin acceso a educación, vivienda insalubre y desnutrición.
Los detalles más desgarradores emergieron durante el interrogatorio de los hermanos de Neri, quienes confesaron que no habían visto a su hermana en más de tres meses. Además, imágenes de cámaras de seguridad mostraron a Yari manipulando un muñeco vestido con la ropa de Neri, el cual posteriormente desechó en un contenedor de basura, sugiriendo un intento de encubrir la desaparición.
Además, se descubrió un altar dedicado a la Santa Muerte en la casa de la familia, donde Yari y Ulises suplicaban ayuda para «resolver sus problemas». Este hallazgo, junto con la evidencia acumulada, llevó a la detención de los padres como sospechosos del presunto homicidio de su hija.
En una rueda de prensa reciente, el titular de la Fiscalía Especializada en Desaparición Forzada de Personas confirmó mediante pruebas genéticas que los restos hallados en la vivienda pertenecen a Neri. Este descubrimiento altera drásticamente la narrativa inicial de la desaparición, revelando que la niña fue asesinada aproximadamente tres meses antes de ser reportada como desaparecida por sus padres.
El caso ha conmocionado a la comunidad de San Martín Texmelucan y ha puesto en entredicho la versión inicial de los eventos, destacando la necesidad de una investigación exhaustiva y el apoyo continuo a los menores afectados por situaciones de abuso y negligencia familiar.