El presidente Andrés Manuel López Obrador informó que durante la reunión con la delegación estadunidense, encabezada por Elizabeth Sherwood (directora de Seguridad Transfronteriza del Consejo Nacional de Seguridad Nacional de Estados Unidos), “ni siquiera traté el asunto” de la filtración informativa de la Agencia Antidrogas estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés).
La víspera, la canciller Alicia Bárcena comentó que Sherwood había planteado que la investigación de la DEA sobre un presunto financiamiento del crimen organizado a la campaña de López Obrador en 2006 era un caso cerrado. Sin embargo, aunque no abundó más sobre la reunión de ayer, López Obrador insistió en descalificar al reportero Tim Golden ratificando que estaba vinculado al ex presidente Carlos Salinas.
Dijo que le gustaría que acudiera a la conferencia para hacerle unas preguntas: “¿desde cuándo viene a México a tratar este asunto? ¿Por qué de repente, si es periodista famoso, le interesa y darlo a conocer en estos momentos?”.
Consideró que en esta investigación que dio a conocer Golden está más asociada a Salinas y la DEA que a otros actores.
Destacó las conciencias que se registraron en torno a su postura sobre la profundización de las investigaciones del homicidio de Luis Donaldo Colosio para indagar sobre el segundo tirador, al que también identificó como integrante del Cisen, al igual que Genaro García Luna, quien fue enviado por esa instancia para liberarlo.
Reiteró que se le hizo extraño la confluencia de posturas y la difusión del reportaje con datos de la DEA y la propuesta del hijo de Colosio para que se indultara a Mario Aburto, asesino de Colosio.
El mandatario afirmó que tiene la hipótesis de que esas publicaciones fueron una respuesta directa de sus adversarios a la investigación de la Fiscalía mexicana que ha vuelto a rascar en la herida del magnicidio de Luis Donaldo Colosio, en 1994, y que apunta a la existencia de un segundo tirador y de una conspiración para asesinar al entonces candidato presidencial del PRI.
“¿Qué tengo como hipótesis? Que les molestó mucho, les preocupó algo que yo ni pensaba trascendente [el caso Colosio]”, afirmó en su conferencia mañanera de este miércoles.
“[Fue] por una venganza para afectarnos en épocas electorales y porque se tocó un tema bastante delicado. Yo no imaginaba que eso los iba a poner tan molestos”, añadió.
El presidente se reunió ayer con una delegación de altos funcionarios estadounidenses encabezada por la asesora de seguridad de la Casa Blanca, Elizabeth Sherwood-Randall.
Ese encuentro estuvo a punto de no llevarse a cabo por el enojo del Presidente hacia la DEA y los funcionarios que filtraron a los medios la información sobre una investigación que, por lo demás, llevaba cerrada más de una década.
La secretaria de Relaciones Exteriores, Alicia Bárcena, confirmó tras la reunión de alto nivel que para el Gobierno de EU se trata de un asunto cerrado.
“La asesora de Seguridad de la Casa Blanca le dijo al presidente que este es un tema cerrado para ellos”, refirió la canciller. “Este es un tema que ocurrió en 2006 y todas las investigaciones que hicieron en Estados Unidos fueron cerradas, sin haber encontrado ningún tipo de, yo diría, delito ni consecuencia de ello, así que es una investigación que en realidad es antigua”.
“¿Por qué se enojaron tanto?”, cuestionó López Obrador. “Yo he andado buscando la explicación del porqué del ataque, de un asunto que supuestamente se presenta en la elección de 2006 [el presunto financiamiento ilícito] y que lo desechan desde hace muchos años, ¿por qué lo sacan?”, cuestionó.
Reforma reveló el 29 de enero que la Fiscalía había reabierto el caso Colosio. Al día siguiente, la periodista mexicana Anabel Hernández y dos medios estadounidenses, ProPublica e Insight Crime, publicaron la misma historia sobre supuestas aportaciones millonarias del cártel de Sinaloa a la campaña de López Obrador de 2006. “Estoy llegando a la conclusión de que todo esto lo armaron a partir de que se dio a conocer lo del segundo tirador contra Colosio”, abundó el mandatario.
Para López Obrador, la pieza que une el caso Colosio con las investigaciones de la DEA —que se llevaron a cabo entre 2010 y 2011— es la figura de Genaro García Luna. Según la nueva indagatoria de la Fiscalía mexicana, el segundo tirador, Jorge Antonio Sánchez Ortega, era un agente del Cisen, la institución de inteligencia y espionaje del Gobierno. García Luna, que era subdirector Operativo del Cisen, encubrió al agente Sánchez Ortega y lo ayudó a escapar, según la Fiscalía.
López Obrador hizo notar que García Luna ingresó a esa dependencia en 1990, en el sexenio del priista Carlos Salinas de Gortari, uno de los principales rivales políticos del mandatario. García Luna escaló en el Gobierno y, para el sexenio del panista Felipe Calderón, otro de los adversarios de López Obrador, se convirtió en secretario de Seguridad Pública y en el zar de la estrategia de combate a los cárteles de la droga (hoy el exfuncionario está detenido en EU a la espera de una sentencia por narcotráfico).
Según López Obrador, la DEA hizo su investigación sobre la campaña presidencial teniendo en México como colaborador de las pesquisas al propio García Luna, entre 2010 y 2011.
El mandatario, que suele cuestionar personalmente a los periodistas por investigaciones incómodas, hizo un llamado al autor del reportaje en ProPublica, Tim Golden, a que se presente en la mañanera y responda “quién lo contrató, o cómo lo llamaron, porque estaba, parece, en Israel y lo trajeron”. “Nos ayudaría mucho que él como periodista nos hiciera un relato: cuándo supo del caso, con quién habló, quién lo invitó a venir a México a tratar el caso, cuándo llegó, cuánto tiempo estuvo”, dijo el presidente, y añadió: “¿por qué, de repente, si él es un periodista famoso, le interesa retomar este tema y sobre todo darlo a conocer en estos momentos?”.
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La noticia Con Sherwood no traté el tema de filtración de la DEA: AMLO fue publicada originalmente en Turquesa News.