Con una rodilla en el cuello y sometido en el piso, agentes ministeriales detuvieron sin una orden de aprehensión visible al vendedor de tamales Juan Carlos Padilla Aranda, quien minutos después murió en el Hospital General de Celaya, Guanajuato.
“Ayúdenme, dónde está la orden, ayúdenme”, gritó desesperado el humilde comerciante, de 54 años, ante los oídos sordos de agentes y público que solo observaba; Guanajuato, estado panista donde es criminalizada la pobreza.
La detención, que fue grabada por sus familiares y vecinos, ocurrió aproximadamente a las 16:00 horas sobre los cruces de las calles Felipe Ángeles y Jaime Nunó, en la Colonia Resurrección.
Entre el forcejeo, los familiares, entre ellos la esposa Rossy, le exigían a dos hombres y una mujer que mostraran la orden de aprehensión, pero éstos no atendían los gritos.
“Me tienen que enseñar la orden, no traen placas, vean”, dijo una de las personas al mostrar la camioneta RAM, color negro, en la que los agentes se llevaron al comerciante.
De acuerdo con la hija Fátima Padilla, su papá fue confundido por las autoridades, porque no le pidieron identificarse antes de llevárselo.
“Se lo llevaron y ahora estoy en el hospital reconociendo a mi padre muerto, con golpes en todo el cuerpo, con mandíbula rota, pido que me ayuden a difundir esto para que llegue a los medios necesarios y se haga pronta justicia”, reclamó.
“Escribo con un nudo en la garganta y con los ojos llenos de lágrimas, estamos viviendo tiempos terribles en los que ya no sabemos de quien hay que cuidarnos, hoy despido con gran tristeza a mi héroe, a mi amor eterno.
“Hombre que sin importar la lluvia, frío, calor, se iba a vender sus tamales y siempre tenía una sonrisa para la gente, hoy despido con impotencia y con un gran profundo dolor y vacío a mi padre”.
La única respuesta oficial sobre el operativo, hasta el momento, la dio el polémico Fiscal de Guanajuato Carlos Zamarripa, quien aseguró que los agentes implicados ya fueron detenidos, aunque no los presentó.
“La tarde de hoy elementos de @AIC_Guanajuato bajo condiciones de oposición de un tumulto cumplimentó una orden de aprehensión en Celaya. El inculpado perdió la vida”, tuiteó.
“Los agentes han sido detenidos y su actuar será investigado a fin de esclarecer la mecánica de los hechos”, dijo el nefasto funcionario, intentando zanjar los hechos.
De acuerdo con reportes locales, Padilla Aranda fue llevado por los ministeriales de inmediato al Hospital General, pero le negaron la atención por 10 minutos y en ese lapso murió dentro de la camioneta.
Rosa Yolanda Zamudio, esposa de Juan Carlos, narró al diario Reforma que fueron interceptados por los ministeriales, pero pensaron que eran secuestradores, pues éstos nunca mostraron identificaciones o la orden de aprehensión.
“Nosotros nos dedicamos a hacer y vender tamales, ya habíamos terminado de hacer nuestros tamales, cuando mi esposo me dijo que lo acompañara a comprar lentes de sol porque le dolían sus ojos, íbamos al tianguis cuando antes de llegar a una cuadra de la casa, llegan estas personas en una camioneta y nosotros no sabíamos a quién le decía que se detuviera, y decían: hey hey, detente”, contó.
“Mi esposo me dijo camínale, cuando vimos que era contra nosotros, que lo querían esposar, le dijimos que qué había hecho, dijeron que tenía orden de aprehensión y le dijimos: enséñenos la orden. Por qué lo vas a detener, se le echaron encima, se cayó, lo querían esposar y no se dejaba”.
‘Rossy’, como la conocen entre sus allegados, dijo que hasta las 22:51 horas de este lunes no le habían entregado el cuerpo de su esposo, el cual supieron que estuvo en el Hospital General por alertas de redes sociales, no por las autoridades que se lo llevaron.
“A las cinco y media nos dimos cuenta que murió, porque una persona estaba anunciando que había llegado una persona muy golpeada, supimos por redes sociales que habían llevado a una persona muy herida al hospital, entonces me fijé y era la misma camioneta que se lo había llevado”, explicó.
“Él tenía miedo, la situación está muy fea en Guanajuato, decía que lo estaban secuestrando”, concluyó la compungida esposa.
Con información de diario Reforma
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