Andrea Cruz Hernández, volando entre nubes la primera piloto

Pasó a la historia al convertirse en la primera mujer piloto de la Fuerza Aérea Mexicana. Antes de 2007 las mujeres solo podían incorporarse a las fuerzas armadas como especialistas en enfermería, odontología o medicina.

El 27 de enero de 2009 se convirtió en la primera militar mexicana en pilotar un avión, tras realizar un vuelo de 30 minutos a bordo de la aeronave Bonanza F33-C, matrícula EBA 64-31. Para diferenciarla de sus compañeros, recibió por parte de sus superiores el distintivo de “Venus”. Se graduó en 2011.

Andrea Cruz Hernández orgullosamente mexicana.
Andrea Cruz Hernández, orgullosamente mexicana.

Primera mexicana en volar “sola” un avión militar

Andrea Cruz Hernández se convirtió el 27 de enero de 2009 en ser la primera mujer que vuela “sola” un avión de la Fuerza Aérea Mexicana, y con ello escribió su nombre en la historia de la aviación en México.

Cadete de segundo año, Cruz Hernández es la primera en cursar la carrera de piloto aviador militar en el Colegio del Aire. Hoy, durante casi 40 minutos condujo la avioneta Bonanza F33 C, después de recibir entrenamiento durante varias semanas, en las cuales sumó 40 horas en el aire, acompañada de su instructor.

Al tocar tierra, Andrea, quien nació en Oaxaca hace 29 años, dijo sentirse orgullosa y envió un mensaje a las tres mujeres que ingresaron el año pasado al Colegio del Aire: “que siempre confíen en sí mismas, porque todo se puede lograr”.

Emocionada y al lado del avión en que momentos antes se había elevado por los aires, la cadete dedicó la hazaña a sus padres, compañeros –“que me tratan como una hermanita”–, instructores y en general a las autoridades castrenses, y se comprometió a seguir preparándose hasta hacer realidad su sueño de pilotar un avión cazabombardero F-5.

Andrea Cruz es la primera mujer piloto de la Fuerza Aérea Mexicana.
Andrea Cruz es la primera mujer piloto de la Fuerza Aérea Mexicana.

“Nacidos en la tierra, forjados en el cielo”

Aun cuando Elsa Karmina Cortés es la primera mexicana en ser piloto de guerra –en abril de 1999 se graduó de piloto de la Armada de México y dejó el servicio hace años–, Andrea Cruz es la primera en estudiar un “arma militar” en un plantel castrense. Karmina Cortés había estudiado la carrera de dentista y después recibió el curso de piloto naval, pero no se graduó.

Al igual que los compañeros de su generación, Andrea dio su primer gran paso cuando demostró a su instructor que estaba lista para manejar sola la aeronave.

De acuerdo con los procedimientos establecidos, inicialmente elevó la nave acompañada por su instructor y aterrizó a los pocos minutos.

La tradición dice que el cadete tiene que elaborar una manta y llevarla consigo el día que volará solo; una vez que el instructor comprueba que su alumno está listo para volar sin ayuda, le ordena que descienda, baja de la nave y coloca la manta a un costado del ala, lo que quiere decir que el cadete está listo para realizar su primer vuelo.

La manta, que tradicionalmente es firmada por los compañeros del alumno, entre otras cosas decía: “Nacidos en la tierra, forjados en el cielo”, además de agradecimientos a todos los que la han acompañado y ayudado en su vida.

La joven enfiló en la pista, tomó su lugar y despegó sin problemas; 40 minutos después aterrizó ante la expectativa de los altos mandos del plantel ahí presentes, encabezados por su director, general de ala piloto aviador José Luis Irineo Zaldívar, quien felicitó personalmente a la cadete.

En entrevista, el general de ala precisó que éste es un paso importante de muchos que tiene por delante Cruz Hernández. Orgulloso, aseguró que todas las mujeres cadetes han respondido con creces y están en el cuadro de honor.

El ejemplo de Andrea ya dio frutos. Tres jóvenes de 18 años cursan el primer año de piloto militar: Priscila Martínez Morales, Dalia Teresa Garduño y Karen Vanessa Velázquez, las tres oriundas del estado de México, quienes son compañeras de cuarto de Andrea. En su primer curso, y como era la única mujer en el plantel, Andrea tuvo que vivir sola en un cuarto de oficiales.

En 2007 ingresaron por primera vez mujeres a la Escuela Militar de Especialistas de la Fuerza Aérea; actualmente son 20 las que cursan las especialidades de meteorólogo, controlador y despachador de vuelo.

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