Una amenaza de un posible tiroteo en una escuela de Torreón, Coahuila, generó una profunda preocupación entre estudiantes, padres de familia y la comunidad educativa en general generando un operativo policiaco.
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El mensaje con la advertencia del ataque fue descubierto por una alumna en la secundaria número 17 «Carlos Pellicer», ubicada en la colonia Villas Universidad, lo que desató un aparatoso despliegue de las autoridades.
La situación comenzó cuando la adolescente descubrió el mensaje en una de las paredes del baño y decidió comunicarlo a su madre. Aunque en un principio ambos consideraron que podría tratarse de una broma, la seriedad del contenido llevó a la familia a alertar a las autoridades escolares de inmediato. La noticia se propagó rápidamente, creando un clima de inquietud en la institución.
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A este hecho se sumó que durante la tarde del pasado miércoles, varios padres de familia reportaron que algunos testigos afirmaron haber visto a hombres armados en las cercanías de la escuela, lo que aumentó el temor en la comunidad.
Ante esta serie de incidentes, las autoridades municipales se movilizaron y se presentaron en el plantel educativo al día siguiente, el jueves por la mañana, para investigar a fondo lo ocurrido y garantizar la seguridad de los estudiantes.
En respuesta, la Dirección de Seguridad Pública Municipal, a través de su unidad especializada en la atención a víctimas de violencia familiar y de género, se ocupó del reporte y activó los protocolos de seguridad correspondientes.
Después de realizar una investigación exhaustiva, las autoridades concluyeron que no existía un riesgo real en la institución. Sin embargo, hicieron un llamado a la comunidad educativa para que evitaran difundir rumores o información falsa que pudiera causar pánico innecesario.
Como parte de las medidas preventivas, los oficiales se quedaron en la escuela durante el día y llevaron a cabo una charla con estudiantes y maestros. En esta sesión, se abordaron las serias consecuencias de hacer amenazas y la importancia de no propagar rumores que puedan afectar la tranquilidad de la comunidad escolar.
La actividad no solo sirvió para tranquilizar a los estudiantes, sino que también buscó empoderarlos con herramientas para manejar situaciones de riesgo y fomentar un ambiente seguro y respetuoso en la escuela.