A los mexicanos nos gusta vivir en la basura

Este inicio de año pude ver con cierta alegría que los centros de acopio de árboles naturales de Navidad fueron escasamente solicitados por la población. Yo ya presentía que eso iba a suceder, porque en noviembre y diciembre observé que muchas tiendas de autoservicio ya no los vendían y a los que normalmente acostumbran comprar de esos, no les quedó de otra más que acudir a los artificiales.

Sin embargo, hace una semana que iba circulando por una calle, vi con mucho pesar un arbolito navideño totalmente seco (obvio, ¡era ya a mediados de febrero!) que estaba tirado frente a una casa y no en un centro de acopio.

Aquí entre nos, me dieron ganas de bajarme del carro para írselo a poner frente a esa vivienda pero pensé “¿qué tal si no es de esa casa y sin deberla ni temerla, me equivoque? Así que me seguí de frente con mi coraje y pensando que la persona –o personas- que sigue haciendo eso, seguramente no tiene ni un ápice de conciencia de lo que está pasando (quizá son parientes lejanos de Donald Trump) que cree que el calentamiento global es algo ficticio.

MALECÓN TAJAMAR Y SUS 260 TONELADAS DE BASURA

Por otro lado, a mediados de febrero me entero que finalmente se abrirá otra vez el acceso al Malecón Tajamar, que por cuatro años permaneció cerrado y por supuesto vandalizado. Lo que más llamó mi atención, fue la cifra de basura que se generó en estos cuatro años: 260 toneladas…

Cabe aclarar que parte de esas toneladas, es vegetación que obviamente fue abriéndose camino, como siempre sucede en predios abandonados por el hombre, pero recuperados nuevamente por la naturaleza. Sin embargo, ¿qué hay de los desechos sólidos tirada por el hombre?

Aunado a ello, el vandalismo llegó a todo el sistema eléctrico, dejando sin un solo cable de cobre a toda esa zona: transformadores incompletos, cestos de basura doblados en un intento por ser arrancados, etcétera.

A los mexicanos nos gusta vivir en la basura
Malecón Tajamar. Cancún.

En este vandalismo y abandono, participamos todos, unos en menor grado que otros; por ejemplo, los ambientalistas, por irónico que parezca, fueron los principales responsables –junto con los vándalos que entraban a robar, orinar y grafitear- de que las instalaciones de tan hermoso lugar terminaran en mal estado.

Y es que veladamente se veían algunos intereses –y no precisamente ambientalistas- que no dejaban que entrara nadie, pero absolutamente nadie, que no fuera alguien que ellos decidieran que podían pasar.

Su “chamba” de ambientalistas se limitó en evitar el acceso a propios y extraños, pero nunca fue proactiva su labor. Es decir, no hicieron ruido positivo, nunca invitaron a la gente –voluntarios- a ir a limpiar, barrer, lavar los grafitis o ellos mismos, para que se mantuviera medianamente aceptable esa zona. Simplemente dejaron que se hundiera en el abandono.

Los empresarios e inversionistas fueron los más afectados, porque ellos compraron lo que estaba a la venta. Después de ellos, fuimos nosotros, que suponíamos era nuestro lugar y resulta que siempre no… bueno sí, pero no…

Algo que se pudo evitar, no se hizo; algo que era sencillo, lo hicieron complicado. ¿Qué no hubiera sido más responsable reubicar a la vegetación y a los animales en otro lugar? Pero no, fue más fácil entrar y matar a cualquier ser vivo, planta o animal que estuviera al paso de las excavadoras.

Eso fue lo que enardeció a los auténticos ambientalistas y ciudadanos. Y hacerlo de madrugada, pues parecía muy sospechoso ¿no? Tal como lo hizo en su momento el presidente municipal en turno, cuando muy discretamente acababa con el único ombligo verde que tiene el centro de Cancún, para hacer un nuevo Palacio Municipal…

DE RELLENO SANITARIO A PARQUE CANCÚN

Y bien, ahora está a unos meses por abrir al público el Parque Cancún, que es un proyecto sumamente interesante, pues está anclado nada más y nada menos que en el que fue el primer relleno sanitario de Cancún. 30 años de basura transformados por grandes visionarios en un parque donde nos podremos recrear con suma responsabilidad, pues de una vez les adelanto que de buena fuente sé que la basura que lleves al parque, te la has de llevar a tu casa…

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