Una inyección podría curar el cancer en la sangre, reportan doctores australianos

Un médico australiano y su equipo han estado trabajando silenciosamente en un tratamiento revolucionario que creen podría eventualmente ser una cura para el cáncer en la sangre.

El Dr. Ken Micklethwaite dice que el nuevo tratamiento utiliza células inmunes modificadas, llamadas células T y CAR, que pueden buscar células cancerosas que el sistema inmunológico no puede detectar y destruir.

«Tomamos células inmunitarias que no pueden ver el cáncer, insertamos un gen en ellas que les permite ver y luego responder y matar células cancerosas», dijo el Dr. Micklethwaite a 60 Minutes Australia.

El tratamiento consiste en una inyección única de las células modificadas, una alternativa diferente a los tratamientos de radiación y quimioterapia tradicionales. Una respuesta se ve generalmente en aproximadamente un mes después de recibir el tratamiento.

El tratamiento se ha utilizado en los Estados Unidos con una tasa de éxito del 70-80 por ciento después de haber sido aprobado recientemente por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés).

Sin embargo, el costo es asombrosamente alto, alrededor de medio millón de dólares por tratamiento.

En lo que el Dr. Micklethwaite y su equipo han estado trabajando en Australia es una nueva forma de crear las células T y CAR que reduce el precio a alrededor de $10,000 dólares por dosis.

Dr Ken Micklethwaite
Los médicos le habían dado a Todd O’Shea, de 19 años de edad, muy pocas posibilidades de sobrevivir con una leucemia agresiva junto con una infección pulmonar.

La quimioterapia y los trasplantes de médula ósea no funcionaron para combatir el cáncer en el adolescente.

«Estaba aterrorizado, pensé que iba a morir, lloré durante días y días, solo que no sabía qué hacer», dijo a 60 minutos.

Apenas unos meses después de ser tratado con las células CAR T, ahora está en remisión completa, con células T CAR fluyendo en su cuerpo para destruir el cáncer que pueda aparecer.

Hasta ahora, el tratamiento solo puede ayudar con los cánceres en la sangre, pero el equipo espera que se pueda desarrollar para combatir otros tipos como el cáncer de pulmón o de mama.

«Mi objetivo sería … que nosotros podamos decirle a la gente, ‘le hemos dado este tratamiento y usted está curado», dice el Dr. Micklethwaite.

Un “medicamento vivo”

En una nota de investigación, actualizada al 31 de agosto de 2017, la página cancer.gov publicó lo siguiente acerca de las celulas T y Car:

Las células T y CAR equivalen a “dar a los pacientes un medicamento vivo”, explicó el doctor Renier Brentjens, del Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering en Nueva York, otro de los pioneros en el campo de las células T y CAR.

Como lo implica su nombre, la columna central de la terapia de células T y CAR son las células T, que se dicen con frecuencia caballos de tiro del sistema inmunitario debido a su función crítica en colocar armoniosamente la respuesta inmunitaria y destruir las células infectadas por patógenos. La terapia requiere la extracción de sangre de los pacientes y la separación de las células T. A continuación, con el uso de un virus desarmado, las células T se manipulan genéticamente para producir receptores en sus superficies llamados receptores de antígeno quimérico, o CAR.

Estos receptores son “moléculas sintéticas, no existen naturalmente”, explicó el doctor Carl June, del Centro Oncológico Abramson de la Universidad de Pensilvania, durante una presentación reciente sobre células T y CAR en la sede de los Institutos Nacionales de la Salud. El doctor June ha dirigido una serie de estudios clínicos de células T y CAR, sobre todo en pacientes con leucemia.

Estos receptores especiales permiten que las células T reconozcan y se peguen a una proteína específica o antígeno, en las células de tumores. Las terapias de células T y CAR, por su formulación ulterior, atacan a un antígeno que se encuentra en las células B llamado CD19 (vea “Producción de una célula T y CAR”).

Una vez que se hayan manipulado las células T recolectadas para que expresen el CAR específico al antígeno, se “expanden” en el laboratorio en cientos de millones.

El paso final es la infusión de las células T y CAR en el paciente (a lo cual se precede con un esquema de quimioterapia para “destrucción de linfocitos”). Si todo sale como se planeó, las células manipuladas se multiplican todavía más en el cuerpo del paciente y, con la guía de su receptor manipulado, reconocen y destruyen a las células cancerosas que albergan el antígeno en sus superficies.

Fuente Daily Mail cancer.gov

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