«Los Sensuales», el primer grupo musical de Cancún
Lo que el tiempo no se ha podido llevar es el excelente sentido del humor de este campechano de nombre Adib Burad, a quien los pioneros de este destino turístico todavía siguen llamando el primer “Play Boy” de Cancún.
Adib Burad Cabrera llegó muy joven a Cancún, en 1971, procedente de la ciudad de Campeche, y nos comenta cómo y por qué le tocó poner el negocio casi perfecto:
“Yo trabajaba en Campeche en la refaccionaria de mi padre, y había muchos camioneros y volqueteros campechanos que trabajaban acá y pues iban y compraban muchas refacciones y siempre nos preguntaban que por qué no poníamos una refaccionaria en Puerto Juárez, y de tanto que se hacía el comentario, decidí investigar y sí, efectivamente, había en Cancún 136 camiones de volteo y ninguna refaccionaria.
“Los taxistas de Isla Mujeres que estaban en Puerto Juárez tenían autos, casi todos ellos importados y no encontraban refacciones ni siquiera en Mérida, así que forzosamente tenían que ir a Belice, pero eché mis números y quién coordinaba a los volqueteros aquí era Wilbert Aguilar Gamboa.
“Conocí a Wilbert a través de un compadre mío y él fue quien me dio los datos de los camiones, las marcas y demás, luego hablé con don Pedro Briceño (+) y él me rentó una casita ahí en el Crucero. Eso fue en marzo y un mes después, vine para acá a abrir la refaccionaria (13 de abril de 1971).
“En esa época, en Cancún se trabajaban dos turnos, estamos hablando de camiones, y el domingo era el día al que le llamaban de talacha, lo que significaba que la unidad se paraba y se preparaba para el lunes, así que, aunque, tradicionalmente el domingo se descansa, para mí el domingo era el día de mayor actividad y como eran dos turnos, eran 20 horas. A veces cerraba a las 7 de la noche, pero a las 12 o a la una de la mañana, ya me estaban golpeando la puerta para que les vendiera alguna refacción y el tramo empezaba a las 6 de la mañana, así que abría la refaccionaria todos los días entre 5 y 5 y media de la mañana, porque la gente, al revisar sus camiones, se daba cuenta que les hacía falta el aceite, y había que abrir y así empezó la primera refaccionaria de Cancún, en el Crucero”.
Era el negocio perfecto, las ventas al mil por ciento, pero en noviembre de 1971, se paró la obra y nadie se explicaba por qué. El asunto es que el gobierno mexicano (el de Gustavo Díaz Ordaz) había iniciado el Proyecto Cancún con recursos propios del Banco de México.
Los creadores del Proyecto Cancún pensaron que una vez iniciada la obra, el gobierno entrante (el de Luis Echeverría) no la frenaría y efectivamente, el proyecto logró “brincar” de sexenio a sexenio, pero, aunque contó con la anuencia del nuevo presidente, México había pedido un préstamo al Banco Interamericano de Desarrollo y el trámite no fue nada sencillo. Este compás de espera se prolongó casi un año, de noviembre de 1971 a octubre de 1972, cuando el corazón de Cancún volvió a latir con las obras del aeropuerto internacional de la naciente ciudad.
Una vez salvado el escollo económico, Adib Burad tuvo incluso tiempo de recrear su espíritu musical: “Por pura casualidad me estacioné en Mérida, frente a una casa de música (Chopin), yo iba en una camioneta pick up y vi una batería como a cinco metros de mí y como siempre tuve la inquietud, la compré, pero no la sabía tocar y hasta ahorita creo que no mucho (risas). La subí a la camioneta sin saber el lío en el que me metería con los vecinos, obviamente, por el ruido, especialmente con el arquitecto Miguel Valverde que un día me fue a reclamar el escándalo.
Nace el grupo Los Sensuales
“Un día llegó Rafael Lara a mi casa y vio la batería y me dice: ‘¿Oye, por qué no formamos un grupo?’.
Fue tal la emoción que decidimos comprar los demás instrumentos y comenzamos los ensayos que se hacían en el antiguo aeropuerto de la Kabah (actualmente Mega Soriana). En donde en ese tiempo estaba el basurero y un vivero de Fonatur y ahí nos daban chance de practicar; lejísimos de la población, para no molestar a nadie”.
Originalmente, el grupo compuesto por el ingeniero Fernando González, el ingeniero Jorge Cuevas, el ingeniero Rafael Lara y el joven Adib Burad, se llamaría “Los tres y medio” y su primer gran evento (1974) fue tocar a beneficio del Jardín Itzá, ya que su directora Maty Abreu les pidió ese favor.
“Quedamos en que nos llamaríamos ‘Los tres y medio’ – dice Adib Burad– pero esa mañana vi un enorme letrero que decía gran baile y el nombre de Los Sensuales. Yo pensé, ah, vamos a alternar con ‘Los Sensuales’ y entré a las oficinas del ingeniero Lara y pregunté:
– Oye Rafa y cuál es ese grupo de “Los Sensuales”.
– Pues nosotros – respondió.
– ¿Pues no que íbamos a ser Los tres y medio?
– Es que me preguntaron pero no me acordé y “Los Sensuales” fue lo primero que se me ocurrió…
A juicio de sus fundadores, “Los Sensuales” tuvieron éxito por muchos motivos, pero especialmente por tres:
1) Porque no había ninguna discoteca.
2) Porque no cobraban nada y
3) Porque era el único grupo…
“La gente sabía –dice Lara – que ‘Los Sensuales’ ponían a todo el mundo a cantar, además siempre tocábamos los temas de moda, estábamos al puro ‘piolazo’…”.
Lara sabía tocar la guitarra, pero muy “poquito”, de manera que no tenía nada que hacer frente a dos estupendos guitarristas como lo eran los ingenieros Jorge Cuevas (guitarra eléctrica) y Fernando González (bajo eléctrico). Adib Burad encontró a Lara su instrumento, una cosa relativamente fácil, pero de mucho ritmo: las tumbadores, y el propio Lara se autodefine como el “almirante”, porque embarcaba a todo el mundo poniéndolo a cantar.
En 1977, “Los Sensuales” tuvieron bajas sensibles, pues tanto Fernando González como Jorge Cuevas se fueron de la ciudad; sin embargo, el grupo no murió. Cuenta la leyenda que Lara contrató los servicios de un arquitecto tomando más en cuenta sus cualidades musicales pues eso marcaba el regreso de “Los Sensuales”:
“Raúl Alonso –recuerda Lara– era el gerente de la Dodge (estaba sobre la Yaxchilán) me comentó que había llegado su cuñado (esposo de su hermana), que estaba buscando trabajo como arquitecto; que era muy buen arquitecto y ya para finalizar la charla me dice: además y como sé que a ti te encanta la música, te comento que es un estupendo músico…”, así fue como Miguel Flores García se incorporó a “Los Sensuales”, y años más adelante acompañaría a Lara como director de Desarrollo Urbano durante su administración como presidente municipal.
“Los Sensuales” empezaron a desintegrarse en 1993, cuando el ingeniero Lara, invitado por la administración de Mario Villanueva, se fue a vivir a la ciudad de Chetumal, para hacerse cargo de la Secretaría de Finanzas y posteriormente, de la Secretaría de Gobierno.
La última vez que se escuchó el grupo fue en 1996, en uno de los hoteles Palace, como parte de la campaña política que inició Rafael Lara con miras a la alcaldía de Cancún. En la actualidad, los instrumentos históricos de “Los Sensuales” están resguardados por Adib Burad Cabrera.